domingo, 24 de septiembre de 2017

La gran brecha entre el atropello de derechos básicos y la evolución a contextos participativos

¿Cómo vamos a contribuir de forma efectiva a la resolución de los grandes desafíos globales si nuestro sistema socio-político todavía tolera y es cómplice de la represión de derechos fundamentales, sin a menudo ni tan solo entender la situación a pesar de llevar siglos conviviendo con ella? A veces se me antoja un salto en el vacío pensar que seremos capaces de evolucionar hasta poder dar alguna contribución positiva a las problemáticas globales… ¿Seguiremos siendo un lastre para el resto del Planeta?

Tal y como hemos ido documentando en entradas anteriores (‘contribuciones a una visión climática’, ‘a transition analysis for 1.5C’), articular una transición sostenible y compatible con la condición de contorno climática (limitando el calentamiento global a 1.5C) requiere implementar cambios estructurales, a nivel global, y en plazos de tiempo muy cortos. La evolución de los actuales contextos representativos a contextos participativos en las dimensiones socio-político-económicas es uno de los elementos principales para permitir desplegar estos cambios estructurales en los plazos de tiempo disponibles. La implementación de estos cambios estructurales a nivel global, teniendo en cuenta la situación de atropello de derechos fundamentales en otras partes del mundo, requeriría que nuestra sociedad estuviera ya muuuucho más avanzada por esta senda…

En este sentido es muy decepcionante contrastar el estado de desarrollo social de algunas de las instituciones Españolas, bien lejos de esa evolución hacia contextos participativos, donde se asumen y despliegan los niveles de solidaridad y responsabilidad requeridos no por medio de una representación distante e inefectiva, sino por medio de una participación profunda y directa. Pero esto, en la escala de evolución social está bastantes pasos más allá que el reconocimiento y respeto de libertades democráticas fundamentales como los derechos de opinión, expresión, reunión, manifestación, decisión, voto, autodeterminación…

La situación actual que estamos viviendo en Cataluña en 2017, con una represión y atropello de derechos básicos por parte de un gobierno Español con actitudes inquisidoras y profundamente anti-democráticas y subdesarrolladas, que parece no haber evolucionado desde la primera república Catalana en 1641 ni las dos últimas en el preludio de la guerra civil (1931 -1934) (ver artículo sobre las cuatro repúblicas Catalanas aquí), contrasta muy fuertemente con los requerimientos de cambios estructurales pivotando entrono a la evolución de contextos representativos a contextos participativos para tener alguna opción de abordar los problemas globales que han llevado nuestras sociedades a una situación límite. 

¿Qué margen hay para creer que podremos evolucionar hacia contextos participativos cuando el simple hecho de que la gente pueda manifestar su opinión votando desata toda la vileza represiva de esos que fueron elegidos para gobernar? A mí me suena más a un atrincheramiento del sistema representativo para poner todas las trabas posibles a una evolución hacia contextos participativos, no sea que se le desmonte el tenderete a unos cuantos… Pero creo que es la manifestación del sustrato democrático que realmente tenemos, limitado a un mero barniz democrático superficial, pero que por lo general no nos molestamos en analizar y cuestionar en profundidad, y tan solo cuando un rasguño por alguna refriega puntual deja asomar lo que hay por debajo de esas vestiduras de apariencias, nos enfrentamos a la realidad de lo poco que hemos recorrido en el camino de la evolución social. Es más, mientras la vileza del sustrato antidemocrático real de nuestro sistema socio-político tan solo afecte a unos pocos pero de forma distante, sin llegar a levantar ampollas que nos incomoden y nos hagan agitarnos en nuestro sofá del conformismo, preferimos mirar para otro lado.

Bueno, es la opción de cada cual. Pero también es responsabilidad de cada cual recorrer su camino de evolución personal y social. La situación en Cataluña en estas últimas semanas ha rasgado algunas vestiduras y nos ha permitido mirar puntualmente a los ojos del sustrato socio-político que tenemos y del que somos partícipes. Pero si como sociedad no estamos preparadas, lo olvidaremos rápidamente y volveremos a acomodarnos en el sofá de las apariencias democráticas, aunque durante un par de semanas seamos testigos de cómo se pisotean derechos democráticos básicos, siguiendo sin realizar ninguna contribución positiva a la resolución de los grandes desafíos globales. Los Catalanes parece que ya empiezan a estar preparados. Llevan viendo este sustrato desde hace mucho más tiempo, y ahora ya parecen decididas a liberarse de las cadenas que impiden empezar a andar por el camino de la evolución social. El camino por delante es largo, pero el primer paso es decidirse a andar. Y este proceso no va ni mucho menos en contra de la población Española, entre la cual hay muuucha gente que sintoniza y vibra de forma parecida en muchos aspectos, sino a favor. Va en el sentido de trascender al gobierno representativo que ha elegido la población española (y si, esto lleva asociado un voto representativo que indica un sustrato de responsabilidad y conformismo con este esquema, y que difieren significativamente de los que tiene Cataluña), y de tomar en las manos la responsabilidad de construir el camino que se quiere andar. Pero cada cual tiene su camino por recorrer, y más nos vale centrarnos en el nuestro propio en lugar de poner palos en las ruedas de los demás, pues globalmente todos nos beneficiamos de la evolución de cada parte. Para esa parte de España con deseo e intención de echar a andar, una Cataluña que también esté recorriendo camino será el mejor compañero de viaje.

Y no nos engañemos, por lo que respecta al talante cavernícola del gobierno español, el espectáculo retrógrado y subdesarrollado al que estamos asistiendo estas últimas semanas en Cataluña no es ni mucho menos la primera evidencia de su esencia. Nos ha proporcionado ya muchas otras opciones para despertar. A lo largo de las dos últimas legislaturas del PP y de la última del PSOE hemos asistido a una retahíla de despropósitos a cual mayor, tanto en destrucción y avasallamiento de derechos sociales y democráticos en España como en profundizar aún más en nuestra contribución a generar y perpetuar las problemáticas globales. Señales de retroceso en cualquier senda de maduración social desde luego no nos han faltado. Pero ninguna ha generado una movilización social que ni de lejos se acerque a la que se está viviendo ahora en Cataluña. Ojalá sea el principio de un ya demasiado lento despertar…

Otro aspecto que aflora a la superficie con la rasgadura de vestiduras ocasionada por la situación actual en Cataluña es la constatación de la existencia de una prensa manipuladora y tendenciosa que sistemáticamente barniza, distorsiona e incluso falsifica (en ocasiones de forma extremadamente ruin) la información para alinearla con los intereses de ese gobierno represor, lo cual añade leña al fuego de la evidencia de cómo de lejos estamos del estado de madurez social que requieren nuestros tiempos y desafíos.

Por otro lado, la respuesta cívica, no-violenta, participativa y comprometida de gran parte de la ciudadanía Catalana, con gente de todas las edades saliendo masivamente a la calle para reclamar y defender sus derechos, desbordando y anulando las actuaciones represivas de esas instituciones representativas que no dan la talla,  superando la apatía y desengaño que tantos años de corrupción de las instituciones representativas nos han dejado, proporciona un rayo de esperanza de la capacidad de evolución social hacia esos contextos participativos y corresponsables capaces de articular los cambios estructurales necesarios. Movilizaciones ciudadanas con 1.5 millones de personas en la calle como este 11 de septiembre en Barcelona (equivalente a casi el 100% de la población de la ciudad, si bien había gente de fuera de la ciudad) ciertamente abren un espacio de esperanza. Ojalá más allí del 1 de octubre el pueblo Catalán sea capaz de mantener este nivel de involucración y participación social para abordar las problemáticas globales como el Cambio Climático, ejerciendo de forma activa su solidaridad y corresponsabilidad participativa en la construcción de las soluciones globales que necesitamos.  Y ojalá el pueblo Español sea capaz de seguir la estela y echar a andar por la misma senda participativa de responsabilidad global. Pero, ¿cómo de cerca estamos de presenciar en Madrid una manifestación con un nivel de participación, con gente de toda España, cercano al equivalente al 100% de su población (3 millones de personas) por afrontar de forma corresponsable un problema global como el Cambio Climático?

Deshacerse de las ataduras que impiden crecer y madurar socialmente es sin duda un primer paso, pero de ninguna forma el final del camino: Los desafíos que enfrentamos como sociedad requieren ir mucho más allá. La situación límite de atropello de derechos básicos (acumulada a lo largo de mucho tiempo), con la guinda puesta por un gobierno Español tan incapaz como el actual, probablemente ha conseguido despertar a la sociedad Catalana para echar a andar por el camino de evolución social que requieren los tiempos actuales, pero la superación de las barreras absurdas y pertenecientes a los siglos pasado levantadas por este gobierno Español probablemente supondrán un desgaste social importante, cuando la parte larga y complicada del camino todavía está por delante.

Ahora, la componente de orgullo herido y hastío con la incompetencia y corrupción de gran parte de la clase política, mantiene encendida la llama de la movilización para recuperar esos derechos fundamentales que se sienten pisoteados. Pero el largo camino que queda por delante requiere afrontar la corresponsabilidad y solidaridad con el resto del Planeta, por una parte de la sociedad que ha contraído una deuda muy grande en la generación de los problemas globales actuales, y mantener la llama de la movilización encendida en estas condiciones es bastante más difícil y requiere de un elevado grado de madurez social. A lo largo de los últimos meses yo no he percibido en el tejido socio-político Catalán (ni por su puesto en el Español) una consolidación de este grado de madurez social. Quizás el despertar y agitación de estas últimas semanas antes del Referéndum del 1 de octubre de 2017 puedan proporcionar la inercia para echar a andar de forma decidida por esta senda de maduración social, pero por ahora, al menos a mí, no me resulta evidente, si bien es cierto que la predisposición ha mejorado mucho respecto al estado de apalancamiento crónico en el que llevamos tanto tiempo sumidos.

Ojalá los pueblos Catalán y el Español sean capaces de aprovechar la inercia de este impulso inicial para echar a navegar la senda de evolución social que nos permita afrontar los problemas globales de forma efectiva y con posibilidades de éxito. Y ojalá no sólo estos sino todos los pueblos del Planeta echen a andar por esta senda YA.

viernes, 22 de septiembre de 2017

Renewable Energy deployment versus Fossil Fuel phase-out in the power sector: Where to focus?

In this link you can find the full report that I prepared for Greenpeace International in January 2017 about this subject.

Time availability for a climate consistent and sustainable transition limiting global warming to 1.5C is very short. A clear understanding of the dynamics at play is a must to focus social and policy resources.

One of the main dynamics is that of renewable (RES) deployment versus fossil fuel (FF) phase-out, and this report provides additional insight into these dynamics by performing different transition analyses in four countries representative of different transition stages: Spain, Denmark, China and India.

Often, more social focus and resources are allocated to FF phase-out, tough as this analysis shows RES deployment leads the dynamics and holds the key for a successful transition.

A novel filtered trending transition analysis is introduced to provide evidence about RES deployment leading FF phase-out. Different transition phases are illustrated, and the need for RES deployment rates significantly higher than the current ones is pointed out as the only means to navigate the initial and unstable transition phases and avoid a transition reversal.

FF overcapacity issues are analysed from a transition perspective to characterise the transition barrier associated to them. Both FF stranded assets analyses and RES curtailment analyses are applied to gain insight into the implications from FF overcapacity issues.

Many countries are already facing or will face FF overcapacity issues as they approach a transition pathway, and RES deployment rates significantly higher from current ones are required to overcome the transition barriers that FF overcapacity deploys.  Often wishful thinking approaches are found when addressing current FF overcapacity issues, but these ignore or underestimate the transition dynamics at play.

Successfully navigating FF overcapacity issues in a transition context would require RES deployment rates significantly higher than the current and  currently planned ones.

Certainly the main message for all these countries and regions that still did not build a significant FF-based power system is to leapfrog FF generation and directly step into RES-based power systems, since that is the only way to avoid all the energy and resources needed to overcome the huge transition barriers associated to FF overcapacity issues.