Energía 3.0 es un estudio, elaborado desde Greenpeace España entre los años 2008 y 2011, dedicado al análisis técnico-económico de las opciones de desplegar eficiencia, inteligencia y renovables por el sistema energético peninsular.
Si bien Greenpeace España está realizando, al igual que con los informes anteriores dedicados a esta temática, una estupenda labor en la difusión de los resultados, conclusiones y elementos conceptuales asociados al informe Energía 3.0, con este post voy a iniciar una serie de aportaciones en este blog para intentar contribuir a la labor de su difusión desgranando algunos de los elementos contenidos en este estudio. Tanto la densidad de conceptos incluida en las más de 700 pg del informe completo Energía 3.0, como la urgencia de la situación actual, y el más que probable retraso a la transición hacia un sistema energético sostenible al que parece determinada a abocarnos nuestra clase política, hacen que todas las contribuciones para facilitar la sociabilización de los conceptos y resultados contenidos en Energía 3.0 sean bienvenidas.
Energía 3.0 es el tercer estudio de una serie dedicada al análisis de las posibilidades y requerimientos para encauzar la evolución del sistema energético peninsular hacia la sostenibilidad.
El primer estudio de esta serie, el Renovables 2050, se publicó en el año 2005, y está dedicado a desarrollar una evaluación del potencial de las distintas tecnologías renovables (a nivel peninsular y con resolución provincial) para participar en la cobertura de la demanda de energía. Con un tratamiento homogéneo para las distintas tecnologías renovables, e incorporando de forma detallada los requerimientos asociados a otros usos del suelo, el estudio concluía que por lo que se refiere a potencial de generación, en la España peninsular existía capacidad más que suficiente para plantearse la cobertura de la demanda energética, cifrando la capacidad de generación eléctrica en base a fuentes de energía renovable en 56.4 veces la demanda eléctrica que cabría esperar para el año 2050.
El segundo estudio de esta serie, el Renovables 100%, abordaba el análisis de la siguiente cuestión, es decir, la viabilidad técnico-económica de cubrir el total de la demanda de energía eléctrica de la España peninsular con energías renovables. Partiendo de un escenario tendencial de demanda de energía eléctrica que permitiera focalizar la atención sobre las posibilidades de un sistema basado en energías renovables, mediante el modelado detallado de la capacidad de generación renovable a nivel provincial e incorporando una aproximación homogénea a la evolución de costes de las distintas tecnologías renovables, se procedió a desarrollar distintos análisis de cobertura de la demanda, llegando a la conclusión de que los sistemas basados en generación renovable disponen de suficientes mecanismos de flexibilidad por el lado de la oferta para garantizar la cobertura de la demanda con muy diversas configuraciones de los mix tecnológicos empleados, y que de cara al año 2050, los costes asociados a la cobertura de la demanda con energías renovables serían significativamente inferiores a los de seguir con un sistema de generación eléctrica dependiente de combustibles fósiles y nucleares.
En el estudio Energía 3.0 se acometen las siguientes fases en este proceso de análisis, pasando a evaluar las posibilidades de proporcionar la cobertura del total de la demanda del sistema energético (es decir, no tan solo el sistema eléctrico, sino el conjunto del sistema energético incluyendo los subsectores edificación, transporte, industria,…) con energías renovables, las contribuciones potenciales del despliegue de eficiencia e inteligencia por el sistema energético, y las implicaciones (en términos de consumo de recursos, emisiones de GEI y costes monetarios) de distintas trayectorias de transición desde el contexto tendencial (BAU) al contexto sostenible que denominamos E 3.0.
Por lo que se refiere al potencial del despliegue de eficiencia e inteligencia por el sistema energético, tal y como nos muestra la siguiente figura, el contexto E 3.0 permite una gran reducción de la demanda de energía final (manteniendo y mejorando la accesibilidad a los servicios deseados), tanto respecto al escenario tendencial para el año 2050 como respecto al consumo actual de energía.
Por lo que se refiere a los costes monetarios, incluso considerando los costes promedio en el periodo considerado (2007 – 2050), la siguiente figura muestra la situación tremendamente más favorable del contexto E3.0 respecto al contexto tendencial (BAU), tanto si empleamos un sistema energético tendencial (BAU) para la cubrir la demanda BAU, como si empleamos un sistema de generación basado en energías renovables para cubrir la demanda BAU. La ventaja remanente desde el año 2050 en adelante es todavía mucho más importante que la ventaja promedio del periodo 2007 - 2050 reflejada en esta figura.
Otra conclusión importante del estudio Energía 3.0 es que la elección de la trayectoria para evolucionar desde el contexto tendencial hacia el contexto E 3.0 tiene muy importantes consecuencias, tanto sobre el consumo de recursos, como sobre las emisiones de GEI y sobre los costes monetarios, así como sobre las posibilidades de compatibilizar nuestro sistema energético con las condiciones de contorno que imponen los sistemas climático y económico, y por tanto, sobre las posibilidades reales de llegar a completar el proceso de transición.
En el estudio Energía 3.0 se han considerado tres trayectorias de transición posibles: Una transición responsable, en la que aceleramos en los primeros años el proceso de transición para poder reducir las tasas de cambio hacia el final del periodo considerado; una transición lineal con tasas de cambio constantes desde el año 2007 hasta el año 2050; y una transición retardada en la que las tasas de cambio al inicio del periodo de transición son muy bajas para dejar hacia el final del periodo considerado la implementación de tasas de cambio elevadas.
La figura siguiente muestra las implicaciones, a nivel de costes monetarios, de seguir cada una de las tres trayectorias de transición analizadas. Como puede verse, la trayectoria de transición retardada (e incluso la lineal), generan elevados picos de coste monetario del sistema energético en el interior del intervalo de transición (entorno a los años 2030 - 2035). Más allí del sobre-coste acumulado asociado a estos picos interiores de coste, la presencia de estos requerimientos extremos sobre el ya debilitado sistema económico actual (la trayectoria retardada tiene un coste en el año 2035 más que el doble del actual) actúan como barreras que hipotecan la capacidad de completar el proceso de transición por la debilitación de los sistemas económico y social que llevan asociadas.
Por tanto, el estudio Energía 3.0 nos permite extraer las siguientes conclusiones principales:
· Sí que es posible hacer evolucionar nuestro sistema energético hacia la sostenibilidad cubriendo el total de la demanda con energías renovables.
· El despliegue de eficiencia por el sistema energético es imprescindible para encaminarlo hacia la sostenibilidad, incluso si se emplean energías renovables para proporcionar la cobertura de la demanda.
· El despliegue de inteligencia, tanto por el sistema energético como por los sistemas económico, político y social, son componentes imprescindibles para encaminar el sistema energético hacia una senda de sostenibilidad.
· Un sistema energético eficiente, inteligente y basado en energías renovables proporciona beneficios muy importantes respecto a la evolución tendencial del sistema energético, tanto a nivel de consumo de recursos, como a nivel de compatibilidad con el sistema climático, y a nivel de costes.
· La trayectoria que se siga para la transición desde el sistema energético actual al sistema energético E 3.0 tiene importantes consecuencias, tanto sobre el consumo de recursos, como sobre el impacto sobre el sistema climático y sobre los costes monetarios del sistema energético. Pero es más, el hecho de no seguir una transición responsable pone en serio riesgo las posibilidades de llegar a completar el proceso de transición como consecuencia de las fuertes solicitaciones sobre los sistemas ambiental y económico que aparecen en el interior del proceso de transición.
· El emprender una trayectoria de transición responsable requiere que las mayores tasas de cambio se introduzcan en los primeros años del periodo de transición (hasta los años 2015 – 2020), y por tanto, resulta crítico que se articule el proceso de cambio YA. Los retrasos en emprender este proceso de cambio por una trayectoria responsable los vamos a pagar MUY caros.
En la web dedicada al estudio Energía 3.0, además de poder acceder al informe completo, se encuentran un informen resumen, una recopilación de ideas clave, y una explicación gráfica de los principales conceptos del informe.
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